La ascensión
al Vignemale, es una espectacular
salida de alta montaña que, nos permite contemplar y disfrutar de la
belleza del valle de Ordiso y de una grandiosa panorámica del resto de lugares
por los que pasamos.
Paco, Pablo, Pepe y nuestro guía de Alta Montaña, Alain,
quedaron en la ofi el 16 de noviembre, a las 9:30 de la mañana, desayunaron para coger fuerzas, echaron
las mochilas al todo terreno y subieron, hasta el refugio de Ordiso (1580 m),
donde aparcan, cogen las mochilas, reparten las cargas y salen, sobre las 11 de
la mañana, hacia la cabaña de la
Cerbillona, a 1820 m.
Aprovechan el día soleado que les ha
salido y, aunque con algo de viento, caminan fácil aunque, tienen que andar con
cuidado porque hay batida de caza de jabalís.
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Inicio del "paseíto" |
En 1h más o menos, remontando el valle por un camino bastante
accesible y cómodo, llegan a la cabaña del Cerbillonar. A partir de aquí, ya empieza
lo “gracioso”.
Suben por un camino empinado donde
empiezan a sentir el desnivel en sus piernas. Desnivel que ya no cesa hasta
llegar a la explanada de la cubeta glaciar del Cerbillonar (2700 m).
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Cubeta Glaciar del Cerbillonar a 2700 m |
Aquí tienen una zona relativamente llana,
donde pueden plantar la tienda y, sobre las 17:00 ya se ponen a derretir nieve
y prepararse una suculenta cena con un poco de pasta, unas sopas, un poco de
fiambre y frutos secos, esperando que les aporten lo suficiente para poder
reponerse un poco y afrontar el día de mañana a tope de power (que no os
engañen: en montaña, por lo menos 1 sobre por persona).
Aprovechan la tarde para disfrutar de su privilegiada atalaya, mientras nos mandan algunas fotillos y, empiezan a ver anochecer desde su hotel de 1000 estrellas. Les hace frio pero lo que se puede ver desde allí hacen que se les olviden las inclemencias meteorológicas.
Sobre las
20:30 ya están metidos en el saco para descansar algo hasta las 5 de la mañana,
hora a la que tienen previsto levantarse. Tampoco es que duerman mucho, que si
uno ronca, que si otro tiene una piedra en la espalda … pero, hacen lo que pueden.
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Espectacular anochecer que no se puede describir con palabras. |
5:00 de la
mañana. ¡Arriba, chavales¡ aunque ya estaban todos más o menos despiertos. Preparan
unas infusiones, con unas magdalenas y unos bollycaos.
En cuanto
terminan de desayunar, preparan las mochilas y lo necesario para la ascensión.
La tienda la dejan montada y ya la recogerán a la vuelta.
La decisión está tomada tras meditarlo
por última vez desayunando. Alain opta por escalar un esbelto corredor que
surca la pared SSW del Pico Montferrat (3219 m). Lo escaló en el año 2003 junto
a Santi Chavez y lo llamaron “As de Poker “ aunque dada su ubicación, es muy
probable que algún Pirineísta ya lo hubiera escalado en épocas anteriores.
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Pues, por aquí van a subir |
Los cuatro echan a andar sobre las 6:30
de la mañana aunque, nada más empezar, Pepe no se encuentra con muchas fuerzas.
El desnivel del día anterior ha hecho mella y la nieve profunda a ratos en el
plato y cubeta de acceso al corredor, tampoco ayudan mucho a que se anime…Momentos
de duda aunque tiene que decidirse ahora porque una vez metidos en el corredor,
ya no es posible dar la vuelta.
Muy a su pesar, Pepe decide volver a la
tienda y allí nos esperará hasta nuestro regreso. No pasa nada, seguro que
habrá más oportunidades: las montañas siempre nos esperan.
Pronto, la
pendiente se agudiza hasta los 40º y se guardan los palos para pasar a encordarse
y utilizar los piolets a la entrada del corredor. Se encordan los tres en
ensamble (escalan todos a la vez, con una distancia de seguridad entre uno y
otro, poniendo seguros intermedios). Pero pronto una plancha de hielo a unos
60º les obliga a realizar un minilargo.
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Plancha de hielo guapa jeje |
La subida por
el corredor no se les hace excesivamente complicada salvo por algunos resaltes
de roca que la dificultan un poco y en los que tienen que usar técnicas de
escalada en mixto (roca y nieve).
En el primer
resalte complicado, a Paco se le sale un piolet y cae hasta colgar de la cuerda
(ya estaba tensa) por lo que, todo queda en una simple anécdota ya que íbamos
encordados y Alain aseguraba desde lo alto con una buena reunión en ese paso.
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Encuentran resaltes mixtos de nieve y roca |
Continúan
subiendo hasta salir a la cresta y llegar a la cima del Montferrat (3219m).
La soledad y paz alcanzada en este
punto, contrasta con la fuerte y heladora brisa de Norte. El glaciar de Ossoue
se recupera de un tortuoso verano sin ninguna traza que perturbe su bello
peinado otoñal.
Tras un
solidario abrazo en la cima del Montferrat, abandonan la cúspide y retoman la
cresta. Pasos fáciles en roca donde sus crampones arañan la roca y se alternan
con flanqueos sobre nieve helada.
Tras asegurar
varios pasos en un resalte clave, Paco pierde el móvil que se precipita hacia
la ladera Norte en un tobogán sin fin. Decide probar suerte y baja a buscarlo
mientras sus otros dos compañeros continúan camino hacia él salvador collado
que los ha de guiar en bajada fuera de este helador pero salvaje lugar.
El cansancio acumulado es palpable en
los últimos resaltes antes de coronar la cima del Pico Central (3227m).
Obligados por el cansancio, paran a
llenar sus pulmones de aire y continúan en esta odisea inacabable. Pocos
metros antes de alcanzar la cima, Paco aparece sonriente con su teléfono
intacto y aprovecha para sacar alguna bonita foto.
Son las 13:30
cuando alcanzan su última cumbre de la jornada.
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Paco y Pablo en la cima |
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Aupa Pablo, ese valenciano que se vino a Pirineos |
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Alain y Pablo disfrutan de las sensaciones de lugares tan espectaculares como éste. |
Esta vertiente Sur se caracteriza por
su peligrosidad; el sol transforma la nieve rápidamente y fuertes avalanchas de
fusión suelen ensordecer en su caída al osado alpinista que acometa la bajada
en pésimas condiciones de nieve.
Se une a este último dato que los
fuertes vientos de Norte pueden haber formado delicadas placas de viento con lo
que la tensión y el estado de alerta de
Alain llegado este punto es máximo.
Por suerte un
pequeño frente de nubes ha mantenido el sol a raya desde el amanecer y la nieve
está, a priori, en buenas condiciones todavía. Hace ya una hora que el sol
incide sin barrera alguna por lo que ante la gran fatiga acumulada, deciden
parar a reponer fuerzas antes de afrontar un descenso que se adivina cuando
menos épico.
La comida es
copiosa, pan, salchichón, chocolate, frutos secos amenizados con agua y
golosinas energéticas han de conseguir aportarle los nutrientes necesarios para
evitar calambres y posibles caídas en esta empinada rampa de bajada.
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Pablo empezando a bajar las primeras palas del collado |
Los flanqueos se suceden mientras en
ocasiones los crampones chocan con la roca oculta.
Un último y
delicado flanqueo sobre una caída de 200 metros hacia la Moscowa les obliga a
asegurar y realizar un minilargo con seguros intermedios. Por fín ganan la
cresta de la Moscowa y la tensión se relaja por unos instantes. Nos describen
el lugar como brutal. La pared nevada de la Labaza (circo sur del Vignemale)
contrasta con los verdes pastos vertiente abajo en el fondo valle. Les separan
1200 metros todavía hasta esos anhelados llanos.
La vertiente se desploma hacia el
corredor de la Cerbillona a un lado y a la Moscowa a otro. Como funambulistas,
van recorriéndo la perfilada y nevada arista hasta conseguir llegar a la
chimenea de la Moscowa.
Han sido necesarios el asegurar varios pasos… un error en este
filo sería fatal.
Instalan un
punto de rapel y tras unir las dos cuerdas de las que disponen, consiguen
llegar rapelando a la parte baja de la chimenea.
Se abrazan descargando la tensión
acumulada… son conocedores de que el camino hasta la tienda donde espera Pepe
es bastante más fácil que todo aquello que han realizado hasta este lugar.
Se desencordan
y libremente disfrutan en soledad mientras descienden de un coctel de emociones
que quedará sellado a fuego para siempre en sus recuerdos.
Pepe los
recibe contento y feliz, la ausencia de noticias y la soledad vivida durante
horas hace que no calle durante un rato. Reconoce haber dormido como un lirón y
sentirse recuperado para afrontar la larga bajada. No quieren que se les haga
demasiado tarde y ya con los petates hechos, empiezan a desandar el mismo
camino que anduvieron ayer a la subida.
De repente a
una altura de unos 2300m al pobre Pepe, se le tuerce un tobillo. Vaya mala
suerte¡¡. Dudaron en llamar al Helicóptero, pero decide intentar bajar por sus
propios medios y acabar esta aventura como la emprendió: con la máxima
autonomía. El equipo humano se reorganiza y se reparten las cosas entre el
resto del equipo para que vaya menos cargado. Parece que puede seguir andando.
Y con las
mismas, llegan, sobre las 18:00 del viernes 17 de noviembre, hasta el todo terreno que habían aparcado en
la cabaña de Ordiso.
La jornada no
acaba hasta que llegan a Torla, se reparen los materiales y se toman unas
cervecillas para celebrar la vuelta. Se les ocurre comerse un chuletón pero
Pablo y Pepe tienen que marchar a Valencia, donde viven y curran y mañana a las
7 de la mañana.
La siguiente vez será. Todos se van más
que contentos y más que reventados, con una nueva aventura cumplida y
disfrutada.
Durante esta ascensión,
Alain estuvo testando los piolets de
Salewa modelo NORTH-H ICE AXE (540gr de peso y 52,5 cm de largo) y, nos
comenta lo siguiente:

Hasta la
siguiente aventura ;).
MUCHO MONTE
:D
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